Ja s'ha publicat al magazine Onirogénia el meu article "Jordi Bofill, el artista fractal" que, obviament, he dedicat a l'amic, artista plàstic i gestor cultural, Jordi Bofill en la seva realitat creativa més recent, amb inclusió, naturalment, dels treballs que hem fet conjuntament, com "Els set pecats capitals", un dels quals, la Supèrbia, encapçala i il.lustra, en les variants gràfiques que acabo de generar, aquest blog que transcriu, fil per randa, l'article en qüestió.
Jordi Bofill, el artista fractal
Jordi Bofill (La Bisbal d’Empordà, 1973) ya empezó a ser, embrionariamente,
el artista-fractal que es ahora, cuando, con sólo 16 años, reforzada su pasión
por el comic con el interés escondido en la escultura de Marcel Martí, decidió
que el mundo de la imagen seria el suyo , y que sólo a través de ella seria
capaz de entender la dimensión cosmológica de una existencia que sólo su propio
cosmos creativo podía contener en su proyección natural hacia un lejano
infinito sin fronteras, donde el Arte encontraba su verdadera razón espiritual
de ser, ajeno a los banales intereses del insano comercio de los sentidos, como
núcleo energético de este “Cosmos Art” que identifica una parte fundamental de
su trabajo creativo en constante expansión.
Fractal por naturaleza, Jordi Bofill descubre también la fractalidad en su
propio trabajo artístico, cuando, en 2012, creamos, en colaboración creativa
conjunta conmigo mismo, la obra “Fractal”, que abrió su personal cosmos
plástico a una realidad geométrica de calidoscópicas caras que ha ido
impregnando una capacidad de creación tan amplia como la propia fractalidad que
la anima, en dinámica artística digital que el artista comparte, con
sensibilidad e inteligencia, con aquella práctica tradicional del dibujo a
tinta sobre papel que le mantiene fielmente unido a sus propios orígenes
artísticos, de la misma manera que le permite establecer satisfactorias
conexiones profesionales con artistas de todo el mundo con los que amplia sus
horizontes técnicos, sensibles e intelectuales, en series hechas en régimen de colaboración, como las recientes “Mask” (Mehata Hiroshi
–Japón), “Muerte y vida” (Psydrack-Carlos Villaseñor-Guadalajara-México) o el
trabajo, de consistencia textil, hecho con el catalán Babeus, de la misma
manera que, fiel a su mentalidad fractal, ha sabido plasmar su arte en
impresión sobre ropa en colaboración con Mayan Soul (Virginia-USA), o ha
realizado la portada del libro “Física y Química avanzados”, de Jordi Alemany
Sabater, como demostración de la gran
diversidad de unos intereses vitales que vibran en concordancia con esta
filosofía fractal que coloca, en un mismo espacio, física, química, geometría,
matemática, cosmología, filosofía, y poesía, bajo el prisma de la mirada
particular de un artista único, a pesar de su fractalidad.
Frescos están, aún, “Los siete pecados capitales” que hemos trabajado,
plásticamente, juntos, satisfechos de los nuevos estímulos que, para ambos,
contiene cualquier colaboración creativa, como la que ha generado estos pecados
bíblicos que, sobre soporte digital, tienen ahora nuevos perfiles
contemporáneos, aunque los vicios que los animan sean, por desgracia,
atemporales.
Fiel al carácter poliédrico de su fractalidad esencial, Jordi Bofill,
proyecta también parte de su sensibilidad creativa como responsable del Mas Pi
Art, el espacio que dedica a la exhibición de obras de arte el Restaurante Mas
Pi de Verges, en su notable proyecto de combinar los placeres de la carne con
los del espíritu, sin llegar al pecado capital, pero acercándose a lo más
sublime que el espíritu humano pueda permitirse, en la dimensión también
musical de los vídeos de creación que ilustran las exposiciones que programa,
en un espacio terrenal que tiene voluntad celestial y la misma dimensión
cosmológica que el universo creativo de Jordi Bofill.
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